Resulta muy satisfactorio poder presentar una obra, a la que precede esta presentación, que no pretende sino dar una vez más nuestra aprobación y aval a la investigadora y a su obra continuada, que en cada ocasión nos permite enriquecer el acerbo de nuestros conocimientos con su trabajo, lejos de resultar tedioso, como ella confiesa en privado, es todo lo contrario. Comenzaremos por su utilidad manifiesta, a poco que nos detengamos en el índice y analicemos si falta o sobra algo. Yo les aseguro que no, es equilibrado, justo y ponderado, presentando desde los datos históricos y arqueológicos, que son el núcleo esencial de la obra, pero no su único objetivo, a los técnicos más avanzados.
El objetivo que subyace, que se va descubriendo poco a poco, es facilitar una guía de uso para poder realizar una aproximación completa al estudio y publicación de pintura mural romana hasta ahora con carencias. Espero la indulgencia de los autores que han dedicado y dedican tiempo, trabajo, experiencia y gran esfuerzo, para salir de la senda marcada hace muchos años de estudios descriptivos, en los que junto a las consideraciones artísticas obligadas, a los análisis técnicos, a menudo duros de leer y repetitivos por demás, se suelen añadir apéndices explicativos de los necesarios trabajos de extracción, tratamiento preventivo y posterior, almacenamiento y un etcétera bastante largo a veces, que no enriquece nada el meollo del estudio en sí.
La mayor parte de quienes estudian en profundidad o quienes nos acercamos más modestamente a estos conjuntos pictóricos a lo largo del tiempo, hemos podido verificar una evolución lenta pero inexorable del progreso de los mismos al amparo de la evolución de las nuevas técnicas en muchos de los campos, que afectan a los estudios arqueológicos y a los de decoraciones murarias en particular, como en el caso que nos ocupa con esta obra de la Dra. Íñiguez Berrozpe.
Nos satisface en especial comprobar, que se ha llegado tras una reflexión global de los problemas que enfrentan a cada investigador responsable con el objeto de su investigación, a una conclusión muy coral en la que son muchos los factores que se alinean uno tras otro, en compartimientos bien separados y estructurados para evitar el cansancio, en ocasiones podría llegar al hastío, como ha ocurrido en otros estudios, pero no en este. Aquí recomendamos que a partir de ahora sigan la, a modo de receta, que se establece para una mejor comprensión de los problemas generales que enfrentan al investigador de pinturas murales con los recursos para resolver los múltiples problemas que se encuentra y encontrará. No es necesario repetir con el clásico sonsonete los trabajos: de hallazgo en la excavación, extracción, almacenamiento y conservación, etc., a no ser que como aquí se hace, se analicen los criterios, se seleccionen las técnicas insertas en el método arqueológico más riguroso y se introduzcan, justificando el cuando y el porqué, aquellos recursos técnicos de laboratorio que hoy tenemos a nuestro alcance con las únicas limitaciones de su coste económico.
Creemos sinceramente que a partir de ahora no debía ser necesario, ya tendremos una útil guía de actuación si seguimos lo aquí descrito en las páginas siguientes, repetir una y otra vez lo que se hace sin aportar nada nuevo. No tiene utilidad explicar cómo se engasa una pintura, cómo se utiliza tal o cual producto químico que se encuentra en el mercado, qué caja o contenedor se utiliza en cada caso y qué significa y cómo funciona un aparato de laboratorio u otro. Son los resultados los que nos deberán preocupar y no si el aparato con los que se obtienen se encuentra en tal o cual lugar. A lo sumo este tipo de cuestiones son susceptibles de pasar a las consabidas notas a pie de página o apéndices generales, pero poco más. El libro constituye una guía muy útil de aplicación inmediata para los estudios que deban comenzar o estén en ciernes. La introducción histórico arqueológica sobre el municipio romano y protagonista privilegiado Avgvsta Bilbilis, es muy correcta y compendia de manera adecuada el conocimiento que se tiene hasta ahora del lugar.
La utilización de conjuntos reales, modelos hallados en los distintos barrios bilbilitanos, que o bien se han estudiado con anterioridad o se hacen ahora por la autora, incluyen novedades de gran relevancia, enriqueciendo más si cabe esta obra destinada a convertirse de consulta obligada.
La bibliografía ordenada correctamente, con las separaciones adecuadas, los glosarios y las ilustraciones de gran calidad facilitan una lectura, que repetimos una vez más, no es en absoluto de lectura plana, sino de lectura atenta para percibir tanto los datos técnicos, las recomendaciones prácticas, el acerbo metodológico que encierra y por supuesto las conclusiones provisionales o definitivas de los conjuntos pictóricos estudiados sobre los que Bilbilis todavía no ha dicho la última palabra.